Sobre Maradona y Sócrates en el Mundial de 1986

Historia de un autógrafo.

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Autógrafo de Maradona dedicado a mi mamá y mi papá en el mundial de 1986

Las concentraciones durante los mundiales antes del nuevo milenio eran muy distintas a las que les imponen a los jugadores mundialistas en nuestro nuevo siglo. Recordarán las medidas poco ortodoxas que durante el mundial de 1998 llevó a Francia a llevarse la copa más codiciada del balompié mundial.

Durante el mundial celebrado en México en 1986, mi papá tuvo la oportunidad (y la suerte) de trabajar con el equipo brasileño (eliminado por Francia en penales en cuartos de final) transportando a varios integrantes de la escuadra brasileira durante su estancia en la Ciudad de México.

Una de las anécdotas que me contó mi papá, ya con los años porque en 1986 era un crío que soló guardó en su memoria la imagen de Diego sosteniendo la copa del campeonato, es que antes de que comenzara el mundial Sócrates, el capitán del equipo brasileiro, le pidió a mi papá que le llevara una carta a Diego al hotel donde se alojaba el futuro campeón del mundial.

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Mi papá no leyó la misiva, pero me dijo que se hubiera quedado con la carta y que quizá con el tiempo la hubieran subastado en uno de esos eventos donde coleccionistas pagan sumas que bien podrían invertirse en la infancia de lugares en vías de subdesarrollo. Me explicó que al mencionar que llevaba un mensaje del capitán de la selección brasileña y tras verificar la autenticidad de su gafete, luego de una espera más bien larga, apareció Diego con un semblante serio y tras ver el nombre de Sócrates en el sobre que le extendió mi papá esbozó una leve sonrisa.

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Tras la petición obligada del autógrafo, Diego con amabilidad preguntó el nombre de mi papá y si estaba casado. Hace un par de días encontré la libreta de autógrafos (que ahora tengo yo bajo resguardo) con la firma de Diego, entre muchas otras de la escuadra brasileña e incluso del masajista de la albiceleste Galíndez y el gran Lothar Matthäus. Recuerdo que al término del mundial, muchos de los integrantes del equipo brasileño dejaron a mi padre muchos artículos Puma, su patrocinador oficial.

P.S. Antes de que comenzará el mundial, eran años donde era común que compañías como Panini, entre otras, lanzaran a la venta álbumes que los niños iban llenando tras abrir sobres con cinco o siete estampas. Una mañana le pedí a mi mamá que me llevara al quiosco de periódicos más cercano porque quería coleccionar el álbum de Los Transformers (el más popular entre los niños de la época), pero el dueño del quiosco simplemente nos dijo que ya había vendido todas las ediciones de ese álbum, pero que tenía todavía el del Mundial de 1986, el cual rellené con la ayuda de mi mamá y mi papá, entre comentarios de mi papá que aludían a que a ese jugador lo había conocido y que su actitud, al menos en público, era tal o cual. Al final del mundial logramos rellenar todo el álbum, el cual todavía conservo no sin que el tiempo haya causado estragos a sus páginas.

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